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Hola, Hivers:

Hace unos días, disfrutamos de una agradable salida en familia. Decidimos darnos un gusto y visitar un puesto de comida rápida en la Puerta de Maraven, en Punto Fijo. La tarde se desvanecía poco a poco, dando paso a la noche, mientras el aroma a comida recién hecha nos abría el apetito aún más.

Al llegar, el ambiente era perfecto: luces cálidas, el sonido de la gente conversando y el delicioso olor que anunciaba que nos esperaba un festín. Sin dudarlo, ordenamos unos perros calientes con extra de queso amarillo, que resultaron estar absolutamente deliciosos. Cada bocado era una explosión de sabor, la combinación perfecta entre el pan suave, la salchicha bien cocida y el queso derretido que le daba el toque especial.

Pero la sorpresa de la noche fueron las salchipapas, un plato que nunca había probado antes. Desde el primer bocado, supe que se convertirían en uno de mis favoritos. La mezcla de papas crujientes con las salchichas troceadas y los acompañantes creaban una combinación irresistible. Fue una experiencia totalmente nueva para mí, y debo admitir que me encantó.

Más allá de la comida, lo mejor de la salida fue el tiempo compartido con mi esposa, Norkys, y nuestro hijo, Emiliano. Entre risas, conversaciones y la alegría de estar juntos, el momento se convirtió en un recuerdo inolvidable. Esas pequeñas experiencias son las que realmente hacen que la vida tenga sentido.

Fue una noche especial, llena de buena comida y, sobre todo, de amor en familia.