Saludos amigos de hivehive food

El domingo pasado decidimos salir a almorzar en familia, y elegimos Max Burger como nuestro destino. Fue una de esas decisiones espontáneas que terminan siendo perfectas. Llegamos con hambre y buen ánimo: mi esposa Norkys, mi hijo Emiliano y yo. El ambiente del lugar nos recibió con música suave, mesas cómodas y ese aroma irresistible a parrilla que ya nos hacía salivar.

Después de revisar el menú, nos decidimos por lo que sabíamos que no fallaría: una parrilla mixta. Yo pedí la mía con carne de res y marrano, bien jugosa y con ese toque ahumado que tanto me gusta. Emiliano y Norkys optaron por una combinación de marrano y pollo, que les quedó perfecta: el pollo estaba doradito por fuera y suave por dentro, y el marrano tenía ese sabor intenso que solo se logra con buena sazón.

Pero no nos quedamos ahí. Como si fuera poco, también pedimos unos perros calientes que estaban para chuparse los dedos. Pan suave, salchicha bien cocida, y una mezcla de salsas que los hacía irresistibles. Emiliano se comió el suyo con una sonrisa de oreja a oreja, y Norkys no paraba de decir lo rico que estaba todo.

Fue una tarde sencilla, pero llena de esos momentos que uno guarda con cariño. Comer bien, reír juntos y disfrutar de la compañía... eso no tiene precio.