Me estoy enterando que te fuiste. Me alegra y me preocupa al mismo tiempo; me alegra porque estás conociendo un mundo nuevo, lleno de cosas interesantes y muy probablemente con más holgura y abundancia que aquí en Venezuela, y me preocupa porque imagino que dejaste a tus padres solos.
Me emociona imaginar que logres consolidar una situación económica sostenible donde puedas enviar ayuda abundante a tus seres queridos y tener tú una vida plena, esa vida que casi nos ha arrebatado la crisis.
Te deseo aventura, felicidad y mucha suerte.