De vez en cuando es totalmente necesario desconectar y escapar de esa rutina diaria que hace que la vida se te pase sin darte cuenta. Momentos de desconexión que te hacen ver las cosas desde otra perspectiva y que te ayudan a no perder esa ilusión por seguir peleando día a día.
Salir de comida con tu mujer, pasear por la ciudad, todo sin ningún tipo de prisa y sin ningún límite de horas, sin tener que recoger a tus hijas de ningún sitio, sin tener que pensar si vas a llegar a tiempo a la reunión... ir a tomarte un café con toda la tranquilidad del mundo...
Totalmente necesario, casi obligatorio para poder seguir adelante y no perder la ilusión por nada.
Día de desconexión, comida, café y unos cruasanes para terminar la tarde del mejor modo posible.

