Good evening dear friends of Hive, I hope you are well.
Today I will share with you a beautiful story this delicious meal that I prepared yesterday.
As the sun filtered through the kitchen curtains, María began to prepare her famous spinach croquettes. Carefully, she washed and finely chopped the fresh spinach, letting the earthy aroma fill the room. Then, in a skillet, he sautéed onion and garlic until golden, adding the spinach and a pinch of nutmeg to enhance the flavors.
After a couple of minutes, he removed the mixture from the heat and let it cool. Meanwhile, he prepared a soft dough with flour, milk and melted butter, folding in the seasoned spinach. She skillfully formed small balls and dipped them in beaten egg and breadcrumbs, before frying them until golden and crispy.
The delicious aroma drew his family to the kitchen, where everyone was eagerly waiting to taste the freshly made croquettes. With a smile, María served the croquettes accompanied by a yogurt and lemon sauce, creating a feast that everyone enjoyed with delight. The recipe, passed down from generation to generation, remained a culinary treasure in Maria's family.
Buenas noches amig@s querid@s de Hive, espero que estén muy bien.
Hoy les compartiré con una bella historia esta riquísima comida que preparé en el día de ayer.
Mientras el sol se filtraba a través de las cortinas de la cocina, María comenzó a preparar sus famosas croquetas de espinaca. Con cuidado, lavó y picó finamente la espinaca fresca, dejando que el aroma terroso llenara la habitación. Luego, en una sartén, salteó cebolla y ajo hasta que estuvieran dorados, añadiendo la espinaca y una pizca de nuez moscada para realzar los sabores.
Después de un par de minutos, retiró la mezcla del fuego y la dejó enfriar. Mientras tanto, preparó una masa suave con harina, leche y mantequilla derretida, incorporando la espinaca sazonada. Con habilidad, formó pequeñas bolas y las pasó por huevo batido y pan rallado, antes de freírlas hasta que estuvieran doradas y crujientes.
El delicioso aroma atrajo a su familia a la cocina, donde todos esperaban ansiosos probar las croquetas recién hechas. Con una sonrisa, María sirvió las croquetas acompañadas de una salsa de yogur y limón, creando un festín que todos disfrutaron con deleite. La receta, transmitida de generación en generación, seguía siendo un tesoro culinario en la familia de María.