Iba yo por las calles de mi ciudad San Juan de los Morros, y al doblar por la esquina del supermercado de los chinitos, me topé con aquella impactante figura.
Me quedé mirándola al rostro, y ese fue mi gran error porque esos lentes me tragaron y me condujeron a una época multicolor de mi adolescencia.
¡Cuántas memorias de mi liceo acudieron a mi mente y a mi corazón, y permanecí por espacio de tiempo de unas dos horas.
La muchacha me hizo reencontrar con muchos amigos que también fueron seducidos. Pero al final, me arrojó con suavidad, y seguí mi camino hacia la plaza Los Samanes
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