Ayer estuvo de cumpleaños, la princesita de mi casa, la muñeca que nos regaló Dios hace ya 11 años. Y no diré que no me he dado cuenta en qué momento creció, porque últimamente no paro de sorprenderme de cómo se va transformando en una señorita.
El tiempo pasa tan de prisa, y aunque estoy ansiosa por ver la mujercita maravillosa en quien se convertirá, también siento mucha nostalgia y aprehensión por lo que nos depara la adolescencia, y es que siento que se ha pasado tan rápido, y mi niña corre de manera acelerada de un cumpleaños a otro, y esto me ha hecho reflexionar muchísimo.
Cada día que pasa soy más consciente de lo rápido que se nos pasa el tiempo y la importancia de aprovecharlo, y como mamá lo vivo a diario al ver a mis hijos, pues desde que nacen están en un cambio constante, cada día hay algo nuevo, un nuevo level desbloqueado, y si no estamos atentos, nos perdemos momentos mágicos.
Sé que debemos trabajar, que tenemos ocupaciones, pero cuando Miranda me pide jugar, y yo le doy una de esas flamantes respuestas de mujer ocupada, tipo "hija, yo no soy una niña, tengo cosas que hacer", de inmediato pienso, "¿esto que estoy haciendo es realmente más importante que jugar con mi hija, que dedicarle tiempo?"
Y en la mayoría de los casos la respuesta es no, y es que no pasa nada si dejo de barrer para jugar con ella, no pasa nada si dejo ese mensaje para responderlo más tarde y jugar unos minutos, no pasa nada si almorzamos algo más sencillo para poder sentarme con ella a jugar. Y es que con los hijos hay que aprender a priorizar.
Mi hija cumplió 11 demasiado rápido, en unos años ya no querrá jugar conmigo, ni seré la mamá más cool del mundo, en unos años las cosas puede que no sean como ahora y hace bastante tiempo que me di cuenta de eso, por lo que trato de aprovechar cada momento.
Ayer mi niña, esa que no hace mucho cabía en mis brazos cumplió 11 años, este año creció 11 centímetros, calza 39, y sus pantalones son talla 14. ¿Qué si el tiempo va volando? Sin dudas, y no me quiero perder nada. Quiero aprovechar lo que va quedando de su infancia, jugar con ella, reírme de sus locuras y acompañarla en cada invento.
Hoy por ejemplo tenemos "Play Doh la competición" un evento que se inventó, en el que Matías y yo tendremos que elaborar figuras con Play Doh y ella será el jurado, así de ocurrente es ella, y yo decidí acompañarla en todo, porque sé que no será por siempre y cada momento que pierda, es uno que no volverá.
Ayer tuvo un día especial, y no porque le dimos una súper fiesta de cumpleaños, sino porque recibió lo que quería, una sorpresa al despertar como cada año, con sus cositas favoritas para desayunar.
Regalos, que aunque no fueron los más caros, eran cosas que ella deseaba y se los dimos con amor.
Vimos Netflix por horas. Ahora que tenemos fibra, lo podemos hacer, y ella es inmensamente feliz, si estamos los cuatro juntos mirando una peli.
Fuimos a casa de sus abuelos paternos, pues ella comparte cumpleaños con su abuelito, y ayer cumplía 82, así que nos fuimos hasta allá, y la pasamos genial, riendo con las ocurrencias de los tíos de mi esposo, todos de más de 70!
Regresamos a casa a cantar cumpleaños con su torta tres leches que pidió, y hoy tendrá su noche de películas con cotufas y demás.
No podemos darle costosos regalos, pero le damos el regalo más preciado... tiempo, tiempo de calidad y amor sin medidas, un amor simplemente infinito.
Feliz cumpleaños, amor de mamá, mi princesa de todos los cuentos de hadas. Dios cuide de tu vida, hoy mañana y siempre. Te amamos.
Yesterday was her birthday, the little princess of my house, the doll that God gave us 11 years ago. And I won't say that I haven't noticed when she grew up, because lately I keep being surprised at how she is transforming into a young lady.
Time passes so quickly, and although I am anxious to see the wonderful little woman she will become, I also feel very nostalgic and apprehensive about what adolescence has in store for us, and I feel that it has gone by so fast, and my little girl runs so fast from one birthday to the next, and this has made me reflect a lot.
Every day that passes I am more aware of how quickly time passes and the importance of taking advantage of it, and as a mom I live it every day when I see my children, because since they are born they are in a constant change, every day there is something new, a new level unlocked, and if we are not attentive, we miss magical moments.
I know that we have to work, that we have occupations, but when Miranda asks me to play, and I give her one of those flamboyant busy-woman answers, like "daughter, I'm not a child, I have things to do", I immediately think, "is this thing I'm doing really more important than playing with my daughter, than dedicating time to her?"
And in most cases the answer is no, and it's that it's okay if I stop sweeping to play with her, it's okay if I leave that message to answer it later and play for a few minutes, it's okay if we have something simpler for lunch so I can sit with her to play. And with children you have to learn to prioritize.
My daughter turned 11 too fast, in a few years she won't want to play with me, nor will I be the coolest mom in the world, in a few years things may not be like they are now and I realized that a long time ago, so I try to take advantage of every moment.
Yesterday my little girl, the one that not long ago fit in my arms turned 11 years old, this year she grew 11 centimeters, she is a size 39, and her pants are size 14. Without a doubt, and I don't want to miss anything. I want to take advantage of what's left of her childhood, play with her, laugh at her crazy things and accompany her in every invention.
Today for example we have "Play Doh the competition" an event she invented, in which Matias and I will have to make figures with Play Doh and she will be the jury, that's how witty she is, and I decided to accompany her in everything, because I know it won't be forever and every moment she loses, is one that won't come back.
Yesterday she had a special day, and not because we gave her a super birthday party, but because she got what she wanted, a surprise when she woke up like every year, with her favorite things for breakfast.
Gifts, that although they were not the most expensive, were things she wanted and we gave them to her with love.
We watched Netflix for hours. Now that we have fiber, we can do it, and she is immensely happy, if the four of us are together watching a movie.
We went to her paternal grandparents' house, as she shares a birthday with her grandpa, and yesterday was his 82nd birthday, so we went there, and had a great time, laughing with the witticisms of my husband's uncles, all over 70!
We came back home to sing birthday songs with his tres leches cake that he asked for, and today he will have his movie night with cotufas and so on.
We can't give her expensive gifts, but we give her the most precious gift...time, quality time and love without measure, a love that is simply infinite.
Happy birthday, mommy love, my princess of all fairy tales. God watch over your life, today tomorrow and always. We love you.