Por la variedad de frascos, bien parece botica. Con lo que tiene muy bien puesto el nombre.
Haciendo honor a la verdad, y aunque parece cosa rara, comiendo el hambre se quita. Aunque hay casos rebeldes en que la dosis se tiene que repetir.
Qué memoria la suya, yo no recuerdo al perrero italiano, seguro por cosas de mi tía sifrina que prefería el mirador con su club house y cocada.
Salud y buen apetito estimada @numa26
Bueno, tal vez no conoció a Filippo, porque en esa época, los sifrinos que vivía por los alrededores de Altamira, Chacao, La castellana, se comían el pan, y le daban las salchichas a sus perritos cuando los llevaban a pasear por Altamira. (Bueno, eso lo contaba él mismo, cada vez que uno iba en grupos, a comer en su esquina). Así, con esa paciencia comenzó nuestro perrero favorito a ampliar su negocio, que por cierto aún su hijo lo sostiene. Qué linda historia la de ese amado migrante italiano. Saludos, mi querido amigo @felixmarranz 😍