Hay momentos en la vida en los que es tan difícil estar disponibles para los demás. Ya sea por estar muy atareado por responsabilidades personales o familiares, estar atravesando una enfermedad u otra razón de peso. En momentos así, me preocupo demasiado por no poder ser de ayuda para otros, porque es algo que para mí es muy importante en una amistad.
Pero, ayer me quedé en una pieza al pensar en la siguiente pregunta que alguien muy sabio me planteó: Te gusta mucho ayudar a quienes consideras tus amigos, y eso está muy bien, pero, ¿te has puesto a pensar en lo que esa persona ha hecho por ti? ¿De verdad es tu amigo o solo te busca por el hecho de que siempre estás allí dispuesto a ayudar?
Fue simplemente un balde de agua fría. No supe qué responder, solo fui capaz de decir que eso podría ser egoísta, porque, al fin y al cabo, la verdadera amistad no se trata de hacer cosas por los demás para que ellos nos den algo a cambio, al menos no debe ser esa la razón principal. Sin embargo, su respuesta fue aún más directa, como una daga que atraviesa sin piedad: no todos son amigos de verdad, algunos solo están contigo cuando les puedes ser de ayuda, y nada más, pero en el momento que pones distancia de personas así o cuando seas tú el que requiera algo de ellos, entenderás porque existen palabras como "compañero", "colega" o simplemente "conocido". No a todos se les puede dar el privilegio de llamarle AMIGO.
Esta profunda conversación, aunque breve, estremeció tantas cosas dentro de mí. Comencé a repasar las vivencias que he tenido con algunas personas a las que he considerado y aún considero mis amigos, y los recuerdos son tan lindos: disfrutando de salidas a lugares bonitos, compartiendo lo poco o lo mucho que en ese momento teníamos y sobre todo, dedicando el tiempo necesario para asegurarnos de que todos estuviéramos bien, o al menos lo mejor dentro de lo posible.
Fue muy bonito traer esos recuerdos a mi mente, como si de ver una película se tratara para rememorar todo lo que sentía al momento de compartir con un amigo de verdad, alguien a quien podía contarle todo sobre mi vida y, aunque me diera mis jalones de oreja, mis regaños merecidos, también elogiaba mis cosas positivas, siempre con el único deseo de hacerme una mejor persona.
Sí, siempre estaban allí, amigos únicos que tenían tiempo para tomar una comida, ver una película o simplemente pasar tiempo juntos, amigos que no se alejaban cuando estaban bien y solo se acercaban cuando necesitaban algo de mí. Estaban allí conmigo en las buenas y en las malas. Quizás es por el momento que estoy pasando ahora, encerrado en medio de estas paredes que reflexiono en este tema tanto, pero valió la pena hacerlo porque reconozco que había olvidado de qué se trata realmente una amistad verdadera.
También es verdad que no todos tenemos las mismas circunstancias y que la amistad verdadera no se puede basar únicamente en el tiempo que se comparte, porque algunos tenemos responsabilidades que exigen mucho tiempo y energía de nuestra parte, pero es ahí donde considero que la tecnología juega un papel súper importante. Una llamada, así solo sea para saludar, o un mensaje incluso, puede resultar justo lo que nuestro amigo necesita para sentir un poco más de alegría ese día. Y no requiere de mucho tiempo hacerlo. Un simple "Hola, ten un bonito día", me ha hecho muy feliz tantas veces que no puede ser coincidencia, porque más allá del saludo y los buenos deseos, está el amigo o la amiga que se acordó de nosotros y se tomó el tiempo para escribir unas pocas palabras pero que terminan siendo muy significativas cuando unimos todos los elementos. Así que no hay excusa para no mostrar interés por alguien a quien consideramos un verdadero amigo. Y no, no hablo de escribir todos los días, porque como ya dije todos tenemos circunstancias diferentes. El punto es no dejar de mostrar interés sincero por nuestro amigo, que sepa que estamos allí para él, en las buenas y en las malas.
English
There are times in life when it is so difficult to be available for others. Whether it is because you are too busy with personal or family responsibilities, going through an illness, or some other compelling reason. At times like these, I worry too much about not being able to help others, because that is something that is very important to me in a friendship.
But yesterday, I was stunned when I thought about the following question that someone very wise asked me: You really like helping those you consider your friends, and that's great, but have you ever thought about what that person has done for you? Are they really your friend, or are they just looking for you because you're always there, ready to help?
It was simply a bucket of cold water. I didn't know how to respond, I was only able to say that that could be selfish, because, after all, true friendship is not about doing things for others so that they give us something in return, at least that shouldn't be the main reason. However, his response was even more direct, like a dagger piercing mercilessly: not everyone is a true friend; some are only with you when you can be of help to them, and nothing more, but the moment you distance yourself from people like that or when you are the one who needs something from them, you will understand why there are words like “companion,” “colleague,” or simply “acquaintance.” Not everyone can be given the privilege of being called a FRIEND.
This profound conversation, though brief, shook so many things inside me. I began to review the experiences I have had with some people whom I have considered and still consider my friends, and the memories are so beautiful: enjoying outings to beautiful places, sharing what little or much we had at the time, and above all, taking the time to make sure that we were all well, or at least as well as possible.
It was very nice to bring those memories to mind, as if watching a movie to remember everything I felt when sharing with a true friend, someone I could tell everything about my life to, and even though they would give me a good scolding, my well-deserved reprimands, they also praised my positive qualities, always with the sole desire to make me a better person.
Yes, they were always there, unique friends who had time to have a meal, watch a movie, or just spend time together, friends who didn't walk away when things were going well and only came around when they needed something from me. They were there with me through thick and thin. Perhaps it is because of the situation I am in now, locked up within these walls, that I reflect on this topic so much, but it was worth doing so because I recognize that I had forgotten what true friendship is really about.
It's also true that we don't all have the same circumstances and that true friendship cannot be based solely on the time we spend together, because some of us have responsibilities that demand a lot of time and energy on our part, but that's where I think technology plays a super important role. A phone call, even if it's just to say hello, or even a text message, can be just what our friend needs to feel a little happier that day. And it doesn't take much time to do it. A simple “Hello, have a nice day” has made me so happy so many times that it can't be a coincidence, because beyond the greeting and good wishes, there is the friend who remembered us and took the time to write a few words that end up being very meaningful when we put all the pieces together. So there's no excuse for not showing interest in someone we consider a true friend. And no, I'm not talking about writing every day, because as I said, we all have different circumstances. The point is not to stop showing sincere interest in our friend, to let them know that we are there for them, through thick and thin.
