






Saludos amigos de hivehive food
Hoy fue un día especial, uno de esos momentos en que el tiempo parece detenerse y las preocupaciones quedan en segundo plano. Aproveché mi día libre al máximo junto a mi esposa y nuestro bebé, disfrutando de lo que más valoramos: la compañía y la buena comida.
Desde temprano, la idea de salir juntos ya nos llenaba de entusiasmo. Decidimos visitar nuestro restaurante favorito, La Fundadora, un sitio que no solo nos deleita con su variado menú, sino que también ofrece un parque donde nuestro pequeño puede jugar libremente, lo que sin duda le da un plus a la experiencia.
Al llegar, el ambiente acogedor nos envolvió y nos preparamos para disfrutar de una gran comida. Opté por el menú ejecutivo y elegí un plato que venía maravillosamente resuelto: chuletas de marrano acompañadas de yuca, plátano y una ensalada fresca de repollo y zanahoria. Para beber, un vaso de jugo natural, y como toque final, una deliciosa porción de torta. Mi esposa, con gusto refinado, seleccionó un plato similar, pero en lugar de yuca, prefirió un cremoso puré de papas. En la mesa también había pollo con salsa bechamel y albóndigas, un festín que reflejaba la generosa variedad de la cocina del lugar.
Cada bocado era un deleite, la sazón perfecta, el ambiente armonioso y la risa de nuestro pequeño mientras jugaba en el parque le daban el toque mágico al día. Disfrutamos sin prisas, saboreando cada instante, porque sabíamos que estos momentos familiares son los que realmente dan color a la vida.
Al final del día, nos fuimos con el corazón contento y el estómago satisfecho, reafirmando por qué este es uno de nuestros lugares favoritos. Más que una comida, había sido una experiencia que quedará grabada en nuestra memoria como otro hermoso día compartido en familia.
Greetings friends of hive food
Today was a special day, one of those moments when time seems to stand still and worries fade into the background. I made the most of my day off with my wife and our baby, enjoying what we value most: company and good food.
From early on, the idea of going out together already filled us with excitement. We decided to visit our favorite restaurant, La Fundadora, a place that not only delights us with its varied menu but also offers a playground where our little one can play freely, which certainly adds a plus to the experience.
Upon arrival, the welcoming atmosphere enveloped us, and we prepared to enjoy a great meal. I opted for the executive menu and chose a dish that was excellently prepared: pork chops accompanied by yuca, plantain, and a fresh cabbage and carrot salad. To drink, I had a glass of natural juice, and as a finishing touch, a delicious slice of cake. My wife, with refined taste, selected a similar dish, but instead of yuca, she opted for creamy mashed potatoes. Also on the table was chicken with béchamel sauce and meatballs, a feast that reflected the generous variety of the restaurant's cuisine.
Every bite was a delight; the seasoning was perfect, the harmonious atmosphere, and our little one's laughter as he played in the park added a magical touch to the day. We enjoyed it leisurely, savoring every moment, because we knew these family moments are what truly give life its color.
At the end of the day, we left with happy hearts and satisfied stomachs, reaffirming why this is one of our favorite places. More than just a meal, it was an experience etched in our memories as another beautiful day spent with our family.
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