Hello, my dear hivers cooks!
Today I return to this kitchen of all to share with you a recipe that I had the opportunity to prepare just two days ago. Coincidentally, our friend @edwing357 proposed us the preparation of a rice that I thought was great and then I have not hesitated to bring my recipe with some secrets that, I think, will be interesting for everyone.
When circumstances conspire to challenge us to create no matter what, the subsequent result is much more enjoyable. That's what happens in culinary matters and that's what happened to me with this recipe. Eager to prepare a fried rice, which at this moment in Cuban reality is a luxury, I ignored the obstacles along the way and focused on the goal. This was the day, I was not going to miss the opportunity.
If in another post I talked about my adventures with coal to brew coffee, in this one I am obliged to refer again to such adventures. But let's order ourselves in the discourse and then you will see how all events have a logical reason.
To prepare my longed-for fried rice I first gathered these ingredients:
2 lbs rice
1 quart chicken
1/4 lb smoked pork loin
3 sausages
2 eggs
Chives
Oil
Salt
Chinese sauce
Chinese sauce? No, not Chinese sauce. That luxury is more than my salary could afford. What to do then? No Chinese sauce, no fried rice. I got to thinking and then I had an epiphany.
First I made sure I still had power (when blackout is the order of the day, all stress is little). Well, I set about solving the conflict with the Chinese sauce. "If in China they use soy to generate the sauce and in Japan they use beer, I would dare to prepare my own sauce using cooking wine or dry wine, as we know it here, and brown sugar.
I put a generous measure of brown sugar in a bowl and mixed it with dry wine, I took it to the fire until a few moments before it caramelized.
I put it in an earthenware bowl and added abundant salt because the flavor tone of the fried rice is given precisely by the level of salt in the sauce. As I like a spicy tone, I also tried adding a little garlic, oregano and other powdered spices. And the result was magnificent, very similar to the taste of the traditional Chinese sauce.
With the main ingredient in place, I set out to prepare the rice. By that time the electric service had been affected, so I had to resort to charcoal.
The rice is washed well and cooked without salt. In this case I took advantage of the previously softened chicken substance, always taking care to put the same measure of broth as rice. It should be kept over low heat until it dries.
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While the rice was cooking slowly over charcoal, I cut the meat products (smoked loin, sausages, chicken) into small pieces and beat the eggs to prepare two omelets that would also be chopped into thin strips.
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I took a bunch of fresh chive leaves, the ones I have planted in the yard, washed them well and cut them into small pieces as well.
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When the rice was dry, I took another pan and put a generous film of oil, I added little by little the rice to fry it in the hot oil.
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Then I added the portions of chopped meats and mixed them with the rice so that the flavors would permeate the grain.
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Then it was time to taste the improvised sauce. With full faith I began to mix it with the rice and it took on a slightly golden color, not in the same saturation as if it were with the original soy sauce but, at least, it was pleasing to the eye.
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Of course, it was imperative to test the salt level and to my satisfaction the taste was very similar to the fried rice I have tasted in specialized places. So my sauce was a success.
And here is the final presentation of my fried rice with improvised sauce. Two recipes to achieve a unique dish.
So, #CreativeCuisine friends, you get the idea. If you want to prepare this recipe at home and you don't have soy sauce in your pantries, get creative, improvise or simply take this suggestion that I have given you and feel free to experiment. The kitchen is ours and in love everything is magically delicious.
Until another recipe.
Enjoy your meal!
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¡Hola, mis queridos hivers cocineros!
Hoy regreso a esta cocina de todos para compartirles una receta que tuve oportunidad de preparar hace apenas dos días. Coincidentemente, nuestro amigo @edwing357 nos propuso la preparación de un arroz que me pareció estupenda y entonces no he dudado en trer mi receta con algunos secretos que, creo, resultarán interesantes para todos.
Cuando las circunstancias se confabulan para retarnos a crear sin importar qué, el resultado posterior se saborea mucho más. Así sucede en materia culinaria y así me sucedió con esta receta. Deseosa por preparar un arroz frito, que por demás en este momento de la realidad cubana es un lujo, ignoré los obstáculos en el camino y me concentré en el objetivo. Este era el día, no iba a perder la ocasión.
Si en otro post hablé de mis peripecias con el carbón para colar café, en este tengo por obligación que referir nuevamente tales aventuras. Pero vamos a ordenarnos en el discurso y luego verán cómo todos los eventos tienen una razón lógica.
Para preparar mi anehelado arroz frito primero reuní estos ingredientes:
2 lbs de arroz
1 cuarto de pollo
1/4 lb de lomo de cerdo ahumado
3 salchichas
2 huevos
Cebollín
Aceite
Sal
Salsa china
¿Salsa china? No, salsa china no. Ese lujo es más de lo que podría costear mi salario. ¿Qué hacer entonces? Sin salsa china no hay arroz frito. Me puse a pensar y luego tuve una epifanía.
Primero me cercioré de que aún tuviera corriente eléctrica (cuando el apagón está a la orden, todo estrés es poco). Pues bien, me puse en la solución del conflicto con la salsa china. "Si en China emplean la soja para generar la salsa y en Japón usan cerveza, pues yo me atrevería a preparar mi propia salsa usando vino de cocina o vino seco, como le conocemos por acá, y azúcar morena".
Puse una medida generosa de azúcar morena en un recipiente y la mezclé con vino seco, la llevé al fuego hasta unos momentos antes de que caramelizara.
La puse en un recipiente de loza y le añadí sal abundante pues el tono de sabor del arroz frito lo da precisamente el nivel de sal en la salsa. Como me gusta el tono bien especiado también probé agragarle un poco de ajo, oregano y otras especias en polvo. Y el resultado fue magnífico, muy similar al sabor de la salsa tradicional.
Con el principal ingrediente logrado me dispuse a preparar el arroz. Para entonces habían afectado el servicio eléctrico, así que tuve que recurrir al carbón.
El arroz se lava bien y se lleva a cocción sin sal. En este caso aproveché la sustancia de pollo previamente ablandado, siempre cuidando de poner la misma medida de caldo que de arroz. Se debe de mantener a fuego lento hasta que seque.
Mientras se cocinaba el arroz, lentamente, al carbón, me dispuse a trocear en pequeños pedazos los productos cárnicos (lomo ahumado, salchichas, pollo) y batí los huevos para preparar dos tortillas que también se pican en tiras finas.
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Tomé un manojo de hojas de cebollín frescas, de las que tengo sembradas en el patio, las lavé bien y corté también en trozos pequeños.
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Cuando el arroz estuvo seco, tomé otra cazuela y puse una película de aceite generosa, añadí poco a poco el arroz para sofreírlo en el aceite bien caliente.
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Luego añadí las porciones de cárnicos troceados y a mezclar con el arroz para que los sabores fueran impregnando el grano.
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Hasta que llegó el momento de probar la improvisada salsa. Con toda la fe la comencé mezclar con el arroz y este cobró un color ligeramente dorado, no en la misma saturación que si fuera con la original salsa de soja pero, al menos, era agradable a la vista.
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Por supuesto, se imponía probar el nivel de sal y para mi satisfacción el sabor era muy similar al del arroz frito que he probado en lugares especializados. Así que mi salsa fue un éxito.
Por último, añadí el cebollín, mezclé todo para homogenizar y repartir bien los ingredientesy tapé por unos minutos la cazuela.
Inmediatamente el aroma delató el momento culminante.
Y aquí tienen la final presentación de mi arroz frito con salsa improvisada. Dos recetas para lograr un platillo único.
Así que, amigos de #CreativeCuisine, ya tienen la idea. Si desean preparar esta receta en casa y no cuentan con salsa de soja en sus despensas pues echen mano a la creatividad, improvisen o simplemente tomen esta sugerencia que les muestro y siéntanse libres de experimentar. La cocina es nuestra y en amor todo resulta mágicamente delicioso.
Hasta otra receta.
¡Buen provecho!
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